sábado, 28 de junio de 2008

1973

"Las implicancias políticas, sociales y económicas del actual sistema de propiedad y uso de la tierra, de sus niveles de productividad, de la incidencia de los precios de su producción y del régimen de su comercialización, nos llevará a plantear una Reforma Agraria integral.

El decepcionante comportamiento productivo del sector agropecuario en las últimas décadas, debido a la inexistencia de una política adecuada, tanto para el corto como para el largo plazo, revela la persistencia de vicios y deficiencias estructurales que es necesario corregir a fondo.

Ratificamos el principio de que la tierra debe ser para quien la trabaja y un bien de producción; de ninguna manera un medio de renta o especulación. El acceso a la propiedad de la misma por parte de auténticos productores , la difusión de unidades familiares de producción y la erradicación definitiva de latifundios y minifundios improductivos o que den origen a formas de subexplotación del suelo, serán objetivos de la Reforma Agraria.

La transformación del actual sistema de tenencia de la tierra, la reorentación de la política de colonización en tierras fiscales, corrigiendo sus abusos y deformaciones, la difusión del cooperativismo en todas sus formas y el fomento de unidades comunitarias de trabajo rural, adecuadas a las peculiaridades de las distintas zonas agroecológicas del país, serán objetivos fundamentales de nuestra obra de gobierno.

Pero no se agota aquí todo cuanto hay que hacer para que el agro se transforme en un agente dinámico del proceso liberador de la economía nacional. También habrá que ampliar la infraestructura rural para promover el asentamiento del hombre de campo y su familia; aplicar políticas de precios relativos que otorguen estabilidad a las previsiones de los productores, tanto en lo que se refiere al valor de producción como a los insumos que la hacen posible; promover la política de industrialización local de las materias primas regionales; difundir las técnicas que sirvan a la conservación y mejora del suelo y el aumento de la productividad; estructurar un régimen de seguro agrícola obligatorio; aplicar una política de crédito agrario planificado que asista eficazmente al productor, especialmente pequeño y mediano, y privilegie las asociaciones cooperativas y comunitarias de producción rural.

La cooperativización integral de la comercialización, eliminando los monopolios intermediarios que lucran con el esfuerzo de los productores, y con el sacrificio del pueblo, desde la chacra a los puertos de exportación, será intensamente promovida como también defendidos los precios de exportación y ampliados y diversificados los mercados, mediante la acción mancomunada de productores y Estado.

La política impositiva que aplicaremos al agro no tendrá exclusivas finalidades fiscales, sino que tenderá a la eliminación del productor ineficiente, castigar la especulación y promover la productividad en todos sus órdenes. La implantación del impuesto a la renta potencial de la tierra y su aplicación con sensillez y profundidad, será uno de los instrumentos que coadyuvará eficazmente a las transformaciones sustanciales que en orden a nuestros grandes objetivos esperamos del campo argentino."

Héctor J. Cámpora. Enero de 1973.